jueves, 27 de junio de 2013

METEOROLOGÍA


Las nubes




Comienza el verano y con él, el “Mal tiempo”, por esto me gustaría transcribirles una parte del manual de meteorología y tratar un poco el tema de las nubes, que en estos meses será importante tratar todos los días en la planeación de sus vuelos.  

La nube es un conjunto visible formado por minúsculas partículas de agua líquida o hielo,
o ambas cosas a la vez, que se encuentra en suspensión en la atmósfera; dicha aglomeración puede incluir también partículas de agua o hielo de mayor tamaño, partículas no acuosas o sólidas procedentes, por ejemplo, de gases industriales, humo o polvo.

El tamaño límite de las partículas líquidas que constituyen la nube viene a ser de 20 mm, puesto que las mayores que pueda contener constituyen en realidad la llovizna o la lluvia.

Si se exceptúan ciertos tipos de nubes  y la ocasional presencia de cirrus en la baja estratosfera, puede afirmarse que las nubes existen sólo en el seno de la troposfera.

Se forman, principalmente, como resultado del movimiento vertical del aire, como ocurre en la convección, o en la ascensión forzada sobre un terreno elevado o en los movimientos verticales a gran escala asociados con depresiones y frentes.

Las nubes pueden surgir, siempre que existan las condiciones adecuadas en relación al gradiente térmico vertical y humedad, por efecto de la turbulencia a bajos niveles o como resultado de una mezcla de estas y de otras circunstancias de poca importancia.

A temperaturas por debajo de los 0° C, las partículas nubosas están constituidas enteramente por gotitas de agua en subfusión, hasta unos –10° C, en el caso de nubes en forma de estratos, y hasta unos –25° C, si se trata de nubes convectivas.

A temperaturas por debajo de tales límites, que sólo son aproximados, y hasta unos –40° C (temperatura de nucleación homogénea, en que toda el agua se convierte en hielo),
muchas nubes son mezcla de gotitas y cristales de hielo, con predominio creciente de estos últimos al ir descendiendo la temperatura.

Las nubes se clasifican según diversos criterios: en primer lugar, por la altura a que se presentan (bajas, medias y altas), y luego, en géneros, y dentro de éstos en especies y variedades con características suplementarias que se califican mediante las correspondientes palabras tomadas del latín.
 
 Clasificación de las nubes

La clasificación de las nubes es el sistema para distinguir y agrupar las nubes de acuerdo con uno o varios de los siguientes criterios:

Aspectos;

Proceso de formación;

Altura a que normalmente se encuentra, y

Partículas de que están compuestas.

Existen tres típicas formas de nubes claramente diferentes:

Cirrus (Ci);

Cúmulos (Cu) y

Stratus (St);

Todas las nubes son estas formas puras o modificaciones y combinaciones de ellas a distintos niveles, donde las diversas condiciones del aire y la humedad son causa de sus formas variables.

Por su altura se clasifican en BAJAS, MEDIAS Y ALTAS.

Aunque las cotas correspondientes vayan aumentando desde el Polo al Ecuador; en promedio, puede decirse que las alturas correspondientes a cada tipo son: hasta unos 1.500 m.; 2 a 3 km. y por encima de los 3,5 km.

Como existe mayor cantidad de vapor de agua en las capas bajas que a niveles superiores, es evidente que cuanto más alta se encuentre una nube, tanto menos densa y más fina o tenue tendrá que ser por lo general; las nubes bajas, por el contrario, son las que resultan ser más densas y oscuras.

Los cirrus (Ci) son las nubes más altas; están constituidas por filamentos blancos y delicados, bandas estrechas y están formadas por cristales de hielo, por lo que tienen un aspecto fino, fibroso, o en forma de cabellera y siempre de color blanco.

Los Cúmulos (Cu) se presentan siempre en forma de masas nubosas individuales, con bases planas y generalmente densas y de contornos bien delimitados, que se desarrollan verticalmente en forma de exuberancias, cúpulas o torres; con frecuencia tienen aspecto de coliflor, y sus dimensiones verticales predominan siempre sobre su extensión horizontal.

Las partes de estas nubes iluminadas por el sol son generalmente de un blanco brillante; su base, relativamente sombría, se encuentra sensiblemente horizontal.

Los stratus (St), como su nombre indica, se extienden en forma de capa o manto, cubriendo grandes porciones de cielo; sus dimensiones horizontales superan en gran manera a su desarrollo vertical; a menudo forman un manto de nubes, en el que si bien cabe apreciar alguna irregularidad, no resulta posible distinguir nubes individuales.

La estructura de los distintos tipos de nubes viene en general descrita por su propia denominación (p. ej., estratocúmulos = cúmulos que se han extendido hasta formar un estrato) o por ciertos prefijos agregados a un tipo clásico; así, por ejemplo, si una nube se forma por encima de su cota normal, el prefijo alto precederá a su nombre, como es el caso de los altostratus o altocúmulos; si va asociada a precipitación, se utiliza la palabra latina nimbos (nimbostratos), etc.

Para fines sinópticos se estableció una clasificación a base de nueve tipos de nubes, para cada uno de los tres niveles, bajas, medias y altas, las correspondientes letras clave

Son CL, CM y CH, el propósito es poder describir el aspecto global del cielo, en lugar de nubes individuales.

Por acuerdo internacional, las diversas nubes se agrupan en 10 géneros: cirrus, cirrocúmulos, cirrostratos, altocúmulos, altostratus, nimbostratos, estratocúmulos, stratus, cúmulos y cumulonimbos; estos géneros se subdividen en 14 tipos y nueve variedades.


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