La gestión del riesgo:
Ayer platicamos algo acerca de los factores de riesgo, en el caso de un "tail-strike " por
lo que hoy me gustaría comentarles sobre lo que es la gestión del riesgo.
Tratando de dar una definición podríamos decir que es un
proceso lógico de sopesar los costos potenciales de los riesgos, contra los
posibles beneficios de permitir que estos se queden sin control, esto es; hacerle
frente a los riesgos de una manera formal.
Para tener una mejor comprensión de esto me gustaría que
primero nos quede claro que es riesgo y que es el peligro.
Un riesgo es algo que puede provocar o contribuir a un
evento no planeado o no deseado, o sea, es una fuente de peligro, y éste por su
parte es una situación que tiene un potencial dañino a los seres vivos, al
medio ambiente o a la propiedad.
Saber reconocer un riesgo es la única forma de poder
administrarlo, esto es, a veces hay que ver mas allá de la situación inmediata y
en base a la experiencia, la formación y la
observación, podremos proyectar esta situación al futuro, como lo haría
un medico con su paciente.
Si un piloto no sabe reconocer un riesgo y decide continuar,
la posibilidad de que una situación de peligro se presente aumenta, por lo
tanto, el riesgo no ha sido administrado.
Un problema se presenta cuando existe una diferente opinión
de ver el riesgo como por ejemplo en una cabina de dos pilotos, en la que cada
uno tiene su punto de vista. Lo que hace que la predicción y estandarización
del riesgo se convierta en un reto.
La habilidad para poder reconocer un riesgo puede estar
basada en la personalidad, la educación y la experiencia
Veamos como la personalidad puede jugar un papel importante
en esto. En un estudio realizado en los Estados Unidos el Dr. Patrick R.
Veillete, señala que una de las principales características de los pilotos que
son propensos a accidentes, es su desprecio hacia las normas, pruebas de esto
fueron presentadas al ver que coincidían aquellos pilotos que habían tenido
accidentes en la aviación con tener varias multas de tránsito en sus licencias de
manejo. Esto nos lleva a pensar que ésta misma actitud pueden tener en el
desempeño de sus actividades profesionales y de ser posible tratar incluso de
utilizar la corrupción como un medio para obtener beneficios personales, o lo
que es peor omitir procedimientos para “facilitarse” el trabajo.
Debemos de entender que las reglas no se hicieron para
violarse, se hicieron para evitar que ocurran accidentes, el no conocerlas no
nos exime de su cumplimiento, y si no las conocemos, entonces lo que necesitamos
es educación, que es la segunda premisa enlistada anteriormente.
Veamos un ejemplo, supongamos que un aeropuerto esta bajo mínimos
para realizar un aterrizaje en condiciones visuales (VFR) y el piloto conoce ésta situación; sin embargo decide continuar a éste aeropuerto, en este momento ésta decisión contiene un riesgo, que mas adelante se puede convertir en un
peligro. La reglamentación aeronáutica establece que los mínimos para este tipo
de vuelo VFR son 1,500 pies de techo de nubes y 3 millas de visibilidad, esto, ¡No
se puede cambiar para cada piloto!, no hay argumentos validos para volar sin
visibilidad por debajo de éstas altitudes, en otras palabras No hay criterio,
hay reglas, y si en la cabina hay dos pilotos estos no necesitan ponerse de
acuerdo, porque hay estandarización y por lo tanto hay gestión del
riesgo.
Existen situaciones en las que la toma de decisiones no está regulada por la normatividad, es tal vez en estos momentos en los que hay que echar
mano de la experiencia, o sea el conocimiento adquirido con el tiempo y que
debe de aumentar con el tiempo, lo importante de la experiencia no es el
tenerla, sino lo que se hace con ella, o dicho en otras palabras, de nada sirve
experimentar una situación si no aprendemos de ella, de ésta manera una situación
de riesgo pude ser advertida en el momento adecuado.
Si bien es cierto que la experiencia entonces es cuestión de
tiempo, ¿Qué podemos hacer aquellos que tenemos poco tiempo en este negocio? Pues
estudiar, capacitarnos es la única manera de nivelar la balanza, es en estos
momentos en los que unas bases sólidas en nuestra formación como pilotos nos
pueden ayudar a saber como administrar los riesgos y por lo tanto a tener
vuelos seguros y placenteros.
El tratar de ahorrar tiempo o dinero en nuestras operaciones
puede tal vez traernos beneficios administrativos o económicos a la empresa,
pero esto puede traer implícito un riesgo, tenemos que ser muy cuidadosos con sopesar
los beneficios de una actitud administrativa contra los riesgos que ésta puedan
provocar.
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